miércoles, 18 de junio de 2014

VISITA DEL BARRIO GOTICO - PLAZA SAN FELIP NERI EN MTB

Del vídeo My Immortal de Evanescence y de la película de El perfume, esta plaza es un oasis en medio de la ciudad. Al adentrarte en ella pasas del bullicio de las calles del gótico a la calma              absoluta donde el agua de la fuente es lo que más se oye.

   La plaza era un antiguo cementerio medieval.
En la pared de la Iglesia están las cicatrices que dejaron los bombardeos durante la guerra civil en 1938 por parte de la aviación franquista. 

Recibe el nombre del santo a quien está dedicada la iglesia situada en este lugar y que fue construida entre 1748 y 1752. Cabe destacar que esta plaza ocupa los terrenos de un antiguo cementerio medieval. En la parte central se encuentra una fuente de forma octogonal y de líneas limpias. En la fachada de la iglesia podemos ver impactos de bala y de metralla de la Guerra Civil española.

Sant Felip Neri constituye un espacio de interés indudable para el conocimiento de los oficios los barceloneses, puesto que hasta aquí se trasladaron en el siglo XX dos edificaciones gremiales procedentes de otros espacios urbanos remodelados, y así fueron preservadas de su desaparición. Aquí se ubican los antiguos gremios de Caldereros y Zapateros.
foto  :  Carlos Benitez Pun

VISITA DEL BARRIO GOTICO EN MTB

La construcción comenzó en 1329, tal como lo atestiguan las lápidas del portal de las Moreras (que da al Fossar de les Moreres). Un hecho destacable, que aún perdura: se acuerda que la obra había de pertenecer, exclusivamente, a los feligreses de la zona del puerto y de la Ribera, únicos responsables materiales del templo, ya que ellos fueron quienes la sufragaron, bien con su dinero o bien con su trabajo. Este hecho está en clara contraposición a la catedral que por aquellas mismas fechas también se estaba construyendo y que estaba asociada a la monarquía, a la nobleza y al alto clero. Parece ser que en la construcción participó activamente toda la población de la Ribera, en especial los descargadores del muelle, llamados galafates de la Ribera o bastaixos, los cuales llevaban las enormes piedras destinadas a la construcción de la iglesia desde la cantera real de Montjuïc y desde las playas, donde estaban los barcos que las habían traído a Barcelona, hasta la mismísima plaza del Borne, cargándolas en sus espaldas, una a una. La puerta principal de la iglesia homenajea a los bastaixos que ayudaron a su construcción.
Los muros, las capillas laterales y la fachada se terminaron alrededor de 1350. En 1379, a punto de acabarse el cuarto tramo de bóvedas, se incendiaron los andamios y las piedras sufrieron importantes daños. Finalmente, el 3 de noviembre de 1383 se colocó la última parte de la bóveda y el 15 de agosto del año siguiente se celebró la primera misa. El terremoto de 1428 causó el derrumbamiento del rosetón provocando algunas muertes, por la caída de las piedras del mismo. Aunque pronto se firmó un contrato para construir uno nuevo de estilo flamígero, que quedó acabado en 1459 y al año siguiente, fueron colocadas las vidrieras del mismo. La mayoría de las imágenes y el altar barroco añadidos durante los siguientes siglos resultaron quemados durante el incendio del templo el 3 y 4 de agosto de 1936. Este incendio fue provocado por los anarquistas y comunistas que asaltaron el templo (así como muchas otras iglesias barcelonesas).

FUENTES EMBLEMÁTICAS DE BARCELONA.




La antigua ciudad romana de Barcino, sobre la cual se asienta la actual Barcelona, contaba ya con un eficiente y extenso sistema de canalización de agua. Barcino tenía dos acueductos que traían el agua a través de la Puerta Decumana (alrededor de la actual “Plaça Nova”): uno desde el río Besós y otro desde Collserola.
El agua se distribuía mediante conductos y tuberías de plomo. De los acueductos poco se ha salvado ya que fueron usados como estructura o soporte de edificios en los siglos siguientes. Uno de ellos transcurría a lo largo de la calle “dels Arcs”. Del otro se conservan algunas arcadas en la calle “Duran i Bas”.                               foto: Carlos Benitez Pun





                      Sobre la base de estos acueductos, en el siglo X se reconstruye parte de esa vía de agua para regar los campos del Condado con las aguas del río Besós. Nace entonces el Rec Comtal. Sembradíos y molinos usaban el agua de este canal que entraba a la ciudad por la calle Regomir.
Esta red de canales estuvo en funcionamiento durante casi 9 siglos y fue ampliada a mediados del siglo XIX para acarrear el agua que llegaba desde la presa de Montcada y Reixac, construida entonces para ese fin.
Ante la creciente industrialización, el agua de los canales se fue contaminando.
foto   :   Carlos Benitez Pun

                                                 La ciudad de Barcelona tiene un amplio abanico de fuentes ornamentales y públicas con un gran valor cultural, social, histórico y natural. Los animamos a sumergiros en la experiencia de descubrirlas siguiendo la huella del agua por muchos rincones de la ciudad
foto  :  Carlos Benitez Pun